Hoy hace una década, el 15 de enero de 2008, Steve Jobs presentó por primera vez el MacBook Air.
El modelo original se lanzó en febrero de ese mismo año y contó con una pantalla de 13.3 pulgadas y un procesador Intel Core 2 Duo corriendo a 1.6/1.8 GHz. Según Jobs, se trató del “notebook más delgado del mundo” en su momento, tan delgado que se podía guardar dentro de un sobre con un grosor máximo de 1.9 centímetros. ¿Su peso? 1.36 kilogramos.
El MacBook Air llegó a acompañar a sus hermanos mayores MacBook y MacBook Pro, pero con prestaciones algo diferentes para una época diferente. El Air fue uno de los primeros notebooks que se olvidó de la unidad de discos ópticas y le dijo adiós al lector de CD/DVD.
Pero fuera de lo anterior, Apple quiso mantener varias características de los modelos más avanzados. Por ejemplo, el teclado tradicional de los MacBook y con iluminación interior, el panel táctil con soporte para multigestos y una cámara web (iSight) incluida en la pantalla.
Interesante también fue la elección de almacenamiento del modelo original. Las versiones modernas traen por defecto una memoria SSD, pero la primera generación del Air llegó con un disco duro de 1.8 pulgadas y la SSD era solo opcional.
El notebook se construyó pensando en comodidad de uso, en que la batería dure más que la media respecto a un notebook tradicional y también en esos usuarios que ya usaban un MacBook pero no querían sacrificar demasiado rendimiento. Aquello último, sin embargo, fue cuestionado por los críticos al eliminar varios elementos que para los usuarios de las versiones más “grandes” eran vitales: puertos USB (o FireWire, que en su momento se usaba), discos ópticos y batería intercambiable.
El MacBook Air fue a grandes rasgos la versión “pobre” de los MacBook.
Pero con el tiempo el modelo se iría asentando, sin cambiar radicalmente su espíritu. Las siguientes generaciones mejoraron la resolución de la pantalla (de 1280×800 a 1440×900), mejoraron el procesador (Core i5 e i7), la memoria SSD fue estándar, se agregó puerto Thunderbolt e incluso se redujo su grosor a apenas 1.7 centímetros.
Hoy el MacBook Air sigue vendiéndose, aunque los cambios en las versiones más recientes se reducen apenas al procesador y algunas piezas internas; la pantalla Retina brilla por su ausencia. Pero aquello no parece molestar a los que compran estos modelos, a diferencia del muy criticado MacBook Pro que eliminó varias características “pro”.
Si bien hay voces que cuestionan la existencia del MacBook Air actualmente, el modelo parece haber encontrado un nicho de usuarios más generales, que a cambio de algunos compromisos en cuanto a potencia prefieren la comodidad, rapidez y buenas prestaciones del Air.